Opinión

Claros indicios de la nueva política en el escenario marplatense

Por Gerardo Gómez Muñoz

Ante lo visto y vivido en los primeros 20 días del gobierno municipal, esta última página del año no puede menos que apuntar a la responsabilidad del ciudadano al elegir a sus representantes. El esperpento político votado hace cuatro años, a fines del primer diciembre, ya había hecho gala de todo tipo de sanatas, peleas, ignorancias sobre una administración y de elección de colaboradores impresentables. Felizmente a través del mismo sistema democrático, Carlos Arroyo, fue ridiculizado con el rechazo del 95 por ciento de los votos de los marplatenses, en su delirante pretensión de ser reelecto.

Su reemplazante Guillermo Montenegro, en igual lapso que el apuntado, ha demostrado que sabe lo que se debe hacer, para quiénes y con quiénes, sobre todo esto último. Hasta ahora no sólo todo el mundo sabe que no se ha rodeado de pareja, amiga, hijos y entenados.

Tanta es la diferencia que “madrugó” en el escenario político al propio gobierno provincial y nacional, haciendo propia y concreta la bandera de rebajar “el costo político”. Descuento del 20 por ciento del salario propio y el 15 del correspondiente a los funcionarios políticos. Sus concejales, sub-bloque, con Alejandro Carrancio a la cabeza, sin complejos, pese a la maleta de los sobres de asesores que se estuvo llevando últimamente, salió a adherir a la decisión del jefe comunal. Y apenas 24 horas después un militante peronista de reconocida trayectoria -jefe del bloque- se atragantó con la decisión de la indiscutida jefa Cristina y del presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa de congelar por seis meses las dietas de los legisladores nacionales y apuró un anuncio similar para concejales y funcionarios del Concejo.

Dicen que hubo algún corcovo radical, pero el presidente del Concejo, Ariel Martínez Bordaisco y una militante que con enojos y heridas a cuestas que nunca afloja no vacila -Vilma Baragiola- marcaron decididamente el camino.

Por supuesto que algunos funcionarios supérstites del “arroyismo” dispendioso, hicieron amagues de recurrir a otras instancias, incluida la sindical, para evitar el guadañazo. Pero ya metieron o les hicieron meter violín en bolsa y “a la chita callando”.

Se conocen algunos detalles de esas circunstancias que se vivieron al respecto del límite al costo político que oído de bocas del jefe de Gabinete, de Alberto Fernández, motivó que Montenegro se apurara para dar con sus asesores el retoque final a la decisión que estaba en marcha desde el momento en que -plena campaña- se comprometió a ello.

Hubo quienes se opusieron, porque la miseria humana busca cualquier resquicio para guarecerse como “esto no se puede porque los sueldos están atados al escalafón municipal”. Pero el jefe no se amilanó, convocó a una reunión urgente con el secretario de Hacienda y le dijo: “Hacelo, no me importa cómo, yo me comprometí a esto en la campaña”.

Finalmente se comprobó que “el tecnicismo provenía de una maniobra de Arroyo y sus beneficiados sobrevivientes”. Para que no queden dudas el jefe comunal resolvió encabezar y con mayor aporte la lista de los aportantes a la rebaja del costo político. La firmeza de la postura adoptada no fue una cuestión abierta al debate y en la reunión del gabinete en la sede de la COM, no dejó margen para las dudas “es decisión tomada, lo prometí en campaña y el que no esté de acuerdo, firme la renuncia”. Nadie se opuso y obviamente no hubo ni amagos de renuncias, ni caras largas ni discusiones.

Otro dato para entusiasmarse con “la nueva política”, es el tesón que están poniendo Martínez Bordaisco de la UCR y Marcos Gutiérrez del Frente de Todos, en conjunto, para bajar las cifras astronómicas que demanda el funcionamiento del Concejo Deliberante. Oportunamente los dos, figuras jóvenes, fueron tocados por los mensajes que bajaron de arriba de parte del ministro Cafiero, del presidente Fernández, de Cristina y de Massa y abrieron brechas.

Tal vez un toque de atención sea “la distracción” del Concejo en tratar y resolver la propuesta de sancionar la ordenanza a través de la cual se termine con la ominosa política de amparo y rebusque de familiares de concejales, intendentes y funcionarios por sobre las disposiciones que rigen para el ingreso de personal. Claro, con las salvaguardas de quienes pretendan ingresar cumpliendo con los requisitos. Como el aluvión suele darse en la renovación de autoridades y siguiendo al ex periodista, ex presidente y prominente estadista estadounidense Benjamín Franklin que en los comienzos del 1800 ya escribía “es deber del periodista desconfiar siempre”.

La demora queda más evidenciada cuando el flamante titular de OSSE, Carlos Katz, advierte que se analizarán todos los ingresos a esa repartición firmados por el inconcebible Arroyo, días antes de irse.

Patrulla perdida en la Sierra

La cada vez más bonita y atendible Sierra de los Padres, vaya a saber por qué fue y es hasta hoy una o la más desatendida por el gobierno, el innombrable que perdió por paliza inapelable su pretensión de ser reelecto, llevó a presidir la administración de la Sierra en su momento a una tal Estella Maris Marinier. Célebre por su inacción que suplía con su amabilidad hacia el jefe. El saludo matinal, abriendo la puerta, sin golpear, saludando esté quién este con un estimulante “hola papito, cómo descansaste”, era el encanto. Para bronca de algunos, para los risueños comentarios de otros y para el ludibrio del propio Arroyo quien no se ofendía por el atrevimiento sino que premiaba de vez en cuando a la gentil funcionaria haciéndose acompañar en el auto oficial cuando iba La Plata. Tal vez era para entretenerse porque le hacían comer largas esperas.

Fue famosa también por instalar en jurisdicción de la Sierra, en medio de una fiesta popular, un puesto propio de venta de bebidas, incluidas las alcohólicas. Fue denunciada, fue un escándalo público al punto que Arroyo, arrinconado, no perdió su don de gentes, no se olvidó de ella… y la ascendió como subsecretaria de Asuntos de la Comunidad con el consabido aumento salarial, así no se iba menoscabada y sancionada por su tropelía.

La Sierra no se olvida de ella ni de Arroyo que no cuidó ese verdadero paraíso a un paso de Mar del Plata y ahora esperan a Montenegro y están casi seguros que será reivindicado como uno de los sitios marplatenses más privilegiados por la naturaleza y por el trabajo de los ciudadanos.

El jueves, precisamente, fue visto llegar al subsecretario de Gobierno y hay residentes convencidos de que las cosas cambiarán y que tal vez se disponga el “desideratum”: la votación para elegir el delegado.

La llegada del subsecretario motivó la curiosidad y algunos se acercaron para ver qué pasaba. Pero el funcionario fue terminante “no, no entra nadie”. La curiosidad a veces sirve, porque se oyó un intercambio nada amable “usted, qué hace acá, desde el 10 no le corresponde más”. El delegado se encocoró: “A mi dijeron de arriba que está arreglado y debo quedarme”, pero la respuesta cerró toda escapatoria “usted no se queda, lleve su mochila, me da la llave y se va”. El hombre nada querido, tan inocuo y tan dependiente de Arroyo como la amable Marinier y “tan inútil como ella”, masculló uno de los vecinos que pegó la oreja la puerta y transmitía lo que pasaba adentro. Casi lo aplauden los cáusticos serranos y como suele suceder con los que pierden, Ricardo Gabín, cuando ya enfilaba hacia la ruta, tal vez oyó el corito burlón “Gabín se va… y no volverá”.

Al cierre llegó la noticia, un vecino de las Colinas de la Sierra, Diego Danico, fue puesto en funciones y un multiplicado suspiro de alivio serrano se extendió por toda la comarca cada vez más poblada y hasta ahora abandonada.

Los poderosos merecen protección

El gobernador Alex Kicillof se embaló con el triunfo y marcando diferencias con el modo de avanzar del presidente Alberto Ferrnández que no evita confrontar, pero elige un tono que pareciera buscar aliados para enfrentar al verdadero enemigo. Axel se lanzó desde el día de su asunción a la demolición, tal vez direccionado por su origen político y militancia. El resultado está a la vista, el escenario es el de batalla campal que confunde. El que busca datos encuentra exagerados los que, principalmente la UCR, tal vez por el larvado complejo de culpa de su sociedad con los que Raúl Alfonsín catalogaba como “el límite”, los pinta como víctimas.

Es imposible de negar que la política económica del macrismo dejó como víctimas a los que el gobernador hoy quiere que ayuden al de abajo. Pero, precisamente, cuando la causa es justa, es cuando se cuidan los métodos. De apuro y sin clarificar debidamente y a través de los medios al grueso de la población, hoy los poderosos amparados por los de siempre, lloran y mojan páginas y parecen ir por la cabeza del desbocado que ganó las elecciones por paliza. Y sin Alberto que desarmó a otras legiones del poder económico las que ya comenzaron a desfilar probando sus legiones de tractores y camionetas 4×4 preparándose para un delirante golpe final, el panorama sería siniestro.

En nuestro medio se ven las diversas posiciones, el sorprendente Guillermo Montenegro está a la cabeza de la reflexión, madrugando a todos. Y se adelanta diciendo que va a concurrir a la convocatoria a los intendentes, de parte del gobernador y que en todo lo posible hay que ayudar al mandatario y como sabe que la política es un juego de intereses, acota “la marcha de la Municipalidad depende en parte de la ayuda de la Provincia y con ello la suerte de nuestros vecinos”.

A su vez el vicepresidente de la UCR local Enrique Lavitman reclama que se deje gobernar a los que tienen derechos porque ganaron. El dirigente entre cosas filosas apunta que “hay radicales que nunca levantaron las manos ni la voz para reclamar ante el gobierno anterior y sus desaciertos”.

Por ultimo Maxi Abad, que acompaña al presidente del bloque de senadores radicales enarbolando los números de la cuestión que son tan cuestionados como los de Kicillof, tiene un argumento sobre uno de los temas, fácilmente reversibles si hay buena voluntad, dice el jefe de los diputados de Juntos para el Cambio “si se grava a las actividades portuarias, como quiere el gobernador, todas las actividades de los puertos de la provincia, estarán en desventajas con los del resto del país”. Subraya “no podemos permitir que eso genere desempleo en nuestros puertos”. Abad ya tiene patente de conductor de negociaciones difíciles.

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